¿Qué hacer en un hospedaje rural?
¿Qué hacer en un hospedaje rural? ¡Prepárense para la dosis de "silencio" que cura!
Claudia C.
6/28/20253 min read


¡Hola, amigos!
De nuevo les escribe Claudia, y hoy, aunque en nuestra linda provincia de Ubaté el clima está como corazón de ex: ¡un tanto frío!, eso no nos detiene. ¡Al contrario! Nos da más ganas de entrar en calor con un montón de ideas para pasarla de pelos en un hospedaje rural.
¿Qué hacer en un hospedaje rural? ¡Prepárense para la dosis de "silencio" que cura!
¡A mí me ha pasado mil veces! Uno viene de la ciudad, con los nervios de punta por el trancón, el pito del bus, el pito del carro, el pito del pito... Y de repente, ¡zas!, llegas a un lugar donde si escuchas un carro cada 5 o 10 minutos, ¡es una fiesta! Hay tan poquita gente que casi que le haces la ola al que pasa. Y el silencio... ¡Ah, el silencio! Ese que al principio te desespera porque estás tan acostumbrado al caos que hasta el silencio te parece ruido. Pero aquí, mis queridos, la lluvia no significa un día "picho" para quedarse arrunchado en la cama, ¡sino que cada gota es una bendición que te susurra que te relajes!
Y ni hablar de las noches. A pesar del frío (que aquí es de esos que te hacen buscar el abracito), te invitan a salir a contemplar las estrellas. ¡Una cosa es lograrlas dilucidar en la ciudad, y otra muy distinta es verlas aquí, donde la luna nueva es tan oscura que te sientes en el espacio, y la luna llena tan brillante que parece un reflector gigante! Y lo mejor, ¡lejos de la serenata de pitos de carros, aquí te despierta el glorioso kikirikí de nuestro gallo Bartolito! O el correr de las carretas que van al ordeño o a entregar la leche. ¡Pura banda sonora rural!
En Agro Ecolodge nos encanta que nuestros visitantes se metan en el cuento. ¿Qué tal el plan de prender la estufa de leña? Sí, sí, esa de verdad, la que huele a campo. Y con ese calorcito, ¿por qué no preparar un delicioso caldo de papa con costilla? ¡Ah, y su buen chocolatico caliente con unas arepitas de queso que, claro, también se hacen en casa!
Pero la cosa no para ahí. ¿Se imaginan la cara de sus hijos (o la suya propia, no nos engañemos) dándole de comer a los animalitos? ¡Una foto para el recuerdo! Y para los más osados, ¿qué tal si se animan a ordeñar las cabras? ¡Verán que no es tan fácil como parece en la tele! Y si hay que sembrar, ¡aquí lo que sobra es tierra y ganas! Así que, ¡manos a la obra!
Después de toda esa "jornada laboral" campestre, les proponemos bajar un poquito el ritmo. ¿Qué tal una visita a la majestuosa Basílica de Ubaté? Y después, para el almuerzo, no hay pierde: la Plaza del AMOR …de la Morcilla. Sí, así como lo leen. ¡La morcilla aquí es tan famosa que tiene hasta su propia plaza! Y para digerir la delicia, ¿por qué no un relajante paseo a caballo? ¡Así el almuerzo no se nos va para las caderas!
Se los juro, después de unas cuantas horas, el cuerpo y la mente empiezan a hacer "clic" con el sentido de la tierra. Pero seamos sinceros, unas horitas no son suficientes para que se dé esa magia. Por eso, amigos, los invitamos a que visiten nuestros campos de Cundinamarca y Boyacá no por unas horas, ¡sino por unos días! Es aquí donde el estrés de la ciudad se rinde, el alma se relaja, y donde realmente logramos conectar. ¡Así que dejen el corre corre y vengan a recargarse!
¿Listos para desconectarse y reírse un rato en la naturaleza? ¡Los esperamos con los brazos abiertos y el tinto listo en Agro Ecolodge!
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